Entradas

Sobre la crueldad de los veranos

Imagen
Desde que era pequeño, los veranos nunca se han portado bien conmigo. Era verano cuando perdí amigos. Era verano cuando me fracturé un hueso. Era verano cuando murió mi tío. Era verano cuando rompí con mis parejas. Tampoco septiembre albergaba ninguna promesa para mí, al menos hasta que abandoné mi hogar para buscar algo mejor –y lo encontré, por un tiempo–. Cierto es que trae consigo algún tipo de esperanza o de arrojo. Durante años, he congelado los meses más –cada vez más– calurosos del año, a la espera de un reinicio. ¿Pero cómo hacerme cargo de aquel tiempo? Yo, que soy de mente –¿de corazón? tal vez de cuerpo...– Yo, que soy de cuerpo nostálgico, no puedo evitar mirar atrás, y preguntarme por este mismo día, hace exactamente un año . Recuerdo que el año pasado me dije: “Este debe ser un buen verano”. El anterior había sido uno de los peores, con diferencia. Mis acciones me habían conducido a una situación de la que no sabía cómo salir. Hace dos estaba haciendo daño a quien más qu...

Peligro: alto voltaje

Agradezco ser una persona de tensión baja porque las tensiones de la vida me abruman, y las de mis contradicciones me duelen. Menos mal que soy de café más que de cigarro, porque si no, me quedaría dormido en los laureles (a veces lo hago). Una pena que me guste tanto la cerveza, aunque al menos también disfruto mucho del agua. Soporto las duchas frías casi tan bien como las de agua hirviendo (después de un rato ahumándome al vapor, las agradezco muchísimo). También agradezco tener la luna en tauro, porque si la tuviera en cáncer, habría implosionado hace años. A veces siento tanto, que me duele la cabeza. Las cosas me hacen muchísima ilusión. Las personas me hacen muchísima ilusión. Del mismo modo que me causan una profunda indiferencia. La impermeabilidad con la que vivo las cosas queda compensada por la ferocidad con la que las absorbo. A veces, siento que estoy roto. Y otras veces, siento que me rompo. A veces, estoy incompleto, diezmado, hecho añicos. Pero otras veces, estoy pletó...

Agur, Democracia

Como hemos podido saber, las personas que den positivo en la prueba del COVID-19 no podrán ir a votar presencialmente mañana, día de las elecciones vascas y gallegas. A priori, puede parecer una medida de seguridad necesaria y sensata, pero si no se establecen alternativas, es un atentado contra la ciudadanía. Aquellos enfermos que no hubieran emitido su voto por correo no tienen forma de ejercer su derecho de sufragio. Es decir, semejante decisión va en contra del principio democrático y la soberanía popular, que defienden que todos ( todos ) los poderes del Estado emanan del pueblo. Es más, vulnera el propio principio de igualdad y el sufragio universal. En definitiva, impedir el voto a un determinado grupo de población implica una flagrante violación de varios artículos constitucionales. Concretamente, el 1, el 14 y el 23. En cualquier caso, legalidad no es sinónimo de moralidad, y no hace falta que la Constitución diga misa para que las ciudadanas y ciudadanos comulguemos...

Missfits neoliberales: la ideología detrás de Operación Triunfo

El pasado 12 de enero TVE emitía la Gala 0 de la nueva edición de su mítico programa de canto (y lo que no es canto). Veíamos, una vez más, cómo 18 personas se presentaban a una última audición antes de entrar en la Academia, tras la cual dos quedarían fuera. Los concursantes formaban un grupo de lo más variopinto, con unas historias y un pasado emocionantes. La gran protagonista de la noche fue la diferencia, e iba acompañada de un mensaje muy claro: si trabajas puedes llegar a donde quieras. Desde su reinicio en 2017, los movimientos sociales se han alegrado de ver una representación diversa en la televisión pública. No es para menos, por fin el paradigma del hombre cisgénero heterosexual blanco como único integrante activo de la sociedad ha quedado atrás. Esto supone un gran avance para las minorías, que paulatinamente se convierten en mayorías, pero no podemos ignorar que, además de un evidente avance, también implica una asimilación de estos grupos históricamente desfavorec...

Call me by your name y la posmodernidad

La novela de André Aciman ganó especial popularidad en el año 2017, con su homónima adaptación cinematográfica. A pesar de haber visto en su momento la película, no llegué a leer el libro (publicado doce años antes) hasta hace unas semanas. La reflexión post-lectura me sorprendió con unas conclusiones e interpretaciones acerca de la narración relacionadas con su carácter cultural posmoderno, basándome en los preceptos que presenta David Harvey en su obra, La condición de la posmodernidad . Considero que estas reflexiones podrían resultarle interesantes a alguien, por lo que procedo a compartirlas. Una de las características posmodernas que identifica Harvey es la aceleración del tiempo y la aniquilación del espacio. Es decir, al ser todo igual de alcanzable en todas partes (la gran "ventaja" de lo que llamamos globalización), la dimensión espacial pierde relevancia, mientras que la cada vez mayor acumulación de capital hace que su rotación (el proceso por el cual se tran...

1848: La primavera de los pueblos

El 24 de febrero de 1848 se publica en Londres el Manifiesto del Partido Comunista , escrito por Karl Marx y Friedrich Engels, por encargo de la Liga de los Comunistas. El mismo día, el pueblo de Francia proclama su II República y da comienzo a la revolución europea. Para marzo, la revolución había llegado a Alemania, Italia, Viena y Hungría. El movimiento obrero tuvo un desarrollo brutal, seguido del más rápido fracaso. Es un período digno de estudio, y por eso procedemos a analizar su evolución. En la década de 1840 a 1850, la industrialización trajo consigo enormes avances tecnológicos (mayor conocimiento del mundo, comunicaciones más rápidas, aumento del comercio y la población…), pero todo esto se conseguía bajo unas condiciones deplorables para la clase obrera. Era innegable la existencia de una espantosa pobreza. Pese a los avances, la prosperidad de los trabajadores pobres no era mayor que en épocas anteriores. La publicación del Manifiesto Comunista en 1848, así como...

Sobre las redes sociales (o cómo echarle la culpa al perro)

Vivimos en una sociedad maquiavélica, en la que la apariencia predomina en detrimento de la realidad material. Es más importante hacer ver (o hacer creer) que eres buena persona, antes que serlo. Aparentar la felicidad o la amargura sin necesariamente ser estar o sentir ninguna de las dos cosas. Cualquier articulista del XL Semanal puede señalar como culpable a las nuevas generaciones (millennial o Z) y al uso que éstas hacen de las redes sociales. Cómo las personas se han convertido en likes y estamos demasiado absortas por lo que transmitimos, sin preocuparnos por nuestro entorno físico o nosotras mismas. Pero ésto, como ya sabéis, es un análisis demasiado simplista. La situación social nos crea una serie de incomodidades que nos lleva a la necesidad de autoincorporarnos en el mainstream . "Mainstream", que bien podríamos llamarlo "ideología dominante". Esta situación social forma parte de la ideología dominante, la cual está conformada no sólo por las re...