La chica del tren y el «Teamgeist»
Me hice un blog, publiqué un post y no volví a escribir.
84 años más tarde, aquí estoy. Esta vez no vengo a hablar de la toxicidad del relativismo, sino de un libro: La chica del tren, el cual he leído este verano.
Seguramente hayáis oído hablar mucho de él (tiene peli y todo), pero no pretendo hablar de la novela como tal, pues de eso ya se han explayado largo y tendido muchos otros.
Al final de la historia podemos ver cómo dos personajes enfrentados durante bastante tiempo terminan formando una alianza para acabar con la verdadera fuente del mal, la fuente de todos los problemas surgidos antes y durante toda la novela (lo digo con metáforas porque no quiero hacer spoilers, pero si habéis leído el libro sabéis a lo que me refiero).
Hay cierta poesía en la forma en la que se reproducen los hechos, que, analizado bien, no son más que un reflejo de la realidad. Y da qué pensar.
Porque esa fuente del mal, ese villano, el páter de todos los problemas, al principio es mostrado como un oasis, de carácter casi heróico, romantizado a través de la percepción de los personajes.
Tal vez, ahora que sé la verdad, podría ver con más claridad la verdadera cara del villano. Y, tal vez, si estos dos personajes no se hubieran odiado tanto tiempo, tal vez, habrían sido capaces de distinguir antes el eje del mal.
Y ahí es donde quiero ir a parar. Alianza, compañerismo. En alemán existe una palabra: Teamgeist, espíritu de equipo, que podría valer para describirlo (también se llama así el balón oficial de la Copa Mundial de Fútbol de 2006 pero esa es otra historia). Marx hablaba de la conciencia de clase, de ser consciente de que perteneces a un grupo social (el proletariado) para acabar con la opresión obrera.
Cuando estos dos personajes se dieron cuenta de que pertenecían al mismo equipo, cuando se unieron, fue entonces cuando consiguieron ser verdaderamente libres. Necesitamos fraternidad. Necesitamos sororidad. En conclusión, necesitamos hermandad, un poco de ese Teamgeist, si lo que queremos es acabar con todos los ejes del mal, todas las fuentes de vileza y todos los páters de problemas.
Esa es la reflexión que he hecho con el desenlace del libro, el cual recomiendo encarecidamente que leáis, tal y como hicieron nosecuantasmil personas en 2015.
Esa es la reflexión que he hecho con el desenlace del libro, el cual recomiendo encarecidamente que leáis, tal y como hicieron nosecuantasmil personas en 2015.

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