La toxicidad del relativismo
Si bien lo decía Ortega, el relativismo es una de las enfermedades de España. Pero no es un problema únicamente español. En realidad, el relativismo está bastante extendido y el neoliberalismo hace uso de esta antiepistemología-por falta de un término mejor- en su discurso.
El problema es que se relativiza sobre todo. Ahora cualquier opinión es válida porque es eso: una opinión. Pero esto es incorrecto; decir, por ejemplo, que las mujeres no deberían trabajar, que los homosexuales deberían estar muertos o que los negros no deben salir de su país no son, en absoluto, opiniones respetables. De hecho, no son opiniones.
Si Jorge tiene tres manzanas y se come una, le quedarán dos. Si caliento el agua a cien grados, hervirá. Esto tampoco son opiniones, sino hechos que nadie pone en duda. Y aquí es donde la ciencia entra en juego, dado que esta nos ayuda a distinguir la creencia errónea de la verdad.
Sin embargo, no podemos olvidar el papel de las humanidades. La ciencia ha demostrado que no hay ninguna razón por la que considerar un género superior a otro, pero es gracias a las humanidades que sabemos el porqué de los privilegios del hombre -el patriarcado.
La diversidad de opiniones está muy bien cuando hablamos de si la pizza está mejor con piña o si la tortilla debe llevar o no cebolla. Eso son gustos, ergo opiniones, y por tanto, totalmente válidas y respetables.
Pero la homofobia defiende que un chico al que le gusta otro chico o una chica que ama a otra chica no merecen los mismos derechos que las personas heterosexuales. Y eso ya no es una opinión, pues estás coartando la libertad de un colectivo y yendo en contra de los derechos humanos.
Hoy sabemos que no hay razón por la que este colectivo merezca menos, pero si la OMS consideró la la homosexualidad una enfermedad durante tanto tiempo, y si todavía hay gente que tiene estas creencias tan arraigadas es por la existencia de un latente heteropatriarcado.
Muchos creen, por culpa del relativismo, que este cisheteropatriarcado tan nombrado es subjetivo, que creer en su existencia es una mera opinión. Y de esta forma justifican sus actitudes tránsfobas, machistas, homofóbicas etc., lo cual muestra una gran falta de análisis.
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